Acércate.

Recuerda que el problema con la locura es que ya no es vista como una virtud.


Bienvenidos

diciembre 21, 2019

Cada noche, después de leer un rato o de anotar algunas palabras muchas veces incoherentes en mi libreta de bolsillo, me detengo en la contemplación de los objetos que rodean mi librero. Es una costumbre hacerlo ya. Es entrada la madrugada. Observo el lomo de las enciclopedias, el polvo del estante, las grietas en la madera, las manchas del caracol que traje de mi última visita a la playa. Detener la mirada en las patas de la mesa, en el lienzo de una pintura, en los trofeos viejos. Poco a poco he ido traduciendo el susurro de los objetos, sus silencios, y ellos a su vez, estoy segura, se reconocen en los míos, e indagan en mis huesos, y saben los que hay detrás de mi piel, y lo que he perdido como ser humano y lo que deseo, y en ocasiones, cuando mi cenicero o el tarro de cerveza quieren, por ejemplo, hablarme de la eternidad, se dejan caer al piso sin quebrarse, que es la manera de decir que la eternidad existe y yo soy otra.

diciembre 18, 2019

A veces me doy cuenta que escribo para mí. Hablándome en voz baja. Y no me parece raro, al contrario. Me acompaño en el momento del café, del descanso, de mirar por la ventana o de subir el volumen a la música. Sonriendo.

Igualmente siempre reflexiono en voz baja y en minúsculas, pero la escritura ignora esos matices e iguala todo a un mismo volumen. Y sin embargo, sigo aspirando a que algún día quien me lea comprenda el tono justo que corresponde a mis palabras.

Y luego pienso que es fácil escribir como quien mira un cuadro, desde cierta distancia. Lo verdaderamente difícil y apasionante es hacerlo desde dentro de él, con los pies llenos de lodo e iluminada por esa luz.

noviembre 11, 2019

Los besos son maravillosos. Dos bocas, dos lenguas, dos personas que se ponen en contacto  en igualdad de condiciones; carnosos, suaves, cálidos, húmedos, Un beso es el mejor  desencadenante del deseo. Lentos, acelerados, jugosos; los labios del amante son la puerta que abre y predispone pasiones latentes. Pero lo mejor de un beso es ese instante, ese segundo, ese pequeño lapso de tiempo, ese silencio en el que las dos almas se acercan, poco a poco, con las bocas abiertas y brillantes, como si un detonante inconsciente hubiera puesto en conexión ambos deseos, ese instante excepcional en que ambas bocas se buscan y por fin, se encuentran, satisfaciendo la curiosidad, el instinto, las ganas. En ese instante sientes que el tiempo se detiene, tu mente se queda en blanco, tu corazón se acelera, tu respiración se acompasa a la de tu amante; y entonces… tus labios son apretados por otros labios, tu lengua se roza con la suya, primero lento, como queriendo descubrir toda la anatomía de esa boca que tienes en frente; después, más rápido, con impaciencia, arrebatadamente, como queriendo demostrar ya, que quieres experimentar toda su esencia. Sí, los besos son maravillosos y es ese instante,  el que los llena de valor,  el que los hace sublimes gotas de impaciencia y de anhelo.

noviembre 04, 2019

Mi amor es profundo como el océano y largo como el horizonte. 

No soy menos amorosa ni mi amor vale menos únicamente porque lo demuestro de forma diferente.

No puedes contar mi amor y cariño en abrazos, miradas o tarjetas; pero es tan sólido y real como el de cualquiera.

octubre 27, 2019

Me hace falta sincronía con el aire, aventarme al precipicio de los ciclos y liarme de lleno con el movimiento natural de la vida para dejar de preguntarme por qué todo lo que respira se descompone, incluida la esperanza.