Los héroes de mi tiempo tomaron todas las vidas que yo quería vivir.
No
lo recuerdas pero algo en tu interior, detro de tu sangre, dentro de tu
alma, te lo hace sentir. Te vuelve loco, como una memoria que no puedes
develar pero sabes que esta ahi, sabes que pasó y sabes que estabas
presente. Como una astilla en tus recuerdos, memorias que no estan
grabadas en la corteza de tu cerebro sino talladas en tu corazón, algo
intangible, ligero e invisible. Hay una extraña sensación, tienes la
ligera sospecha que nadie más ve el mundo como tú lo ves, anormal.
Divagas en pensamientos que sabes que no adquiriste en este lugar, te
invaden visiones que no se pueden ver con ojos humanos pero sin embargo
las ves, como si antes de nacer no necesitaras ojos para ver.
Pertenecías a otro mundo, aunque la palabra mundo no podría describir el
concepto entero, porque pertenecías a un todo, el Todo.
Vienes
de pelear contra fuerzas imponentes, batallas donde se destruían
galaxias al rozar de tu espada. Poder, poder absoluto corriendo por tu
cuerpo, incontrolable e ilimitado, sabías que eras el hijo de un Dios.
Vencías enemigos mortales, peleabas contra la ira misma, contra la furia
en persona, contra la crueldad hecha forma, tu existencia estaba en
riesgo a cada momento, pero sabías que la victoria era segura y no por
ser el bueno o el malo, si no por que naciste para la guerra. Te
preparaste para existir por el que te dio la existencia, ser imparable y
tempestuoso era simplemente inevitable. Por algo los demonios, huestes y
principados te temían, tu no lo sabias, pero te era curioso ver como lo
que asusta en la oscuridad se asustaba de ti.
Podría contar historias y
acontecimientos infinitos de aquel tiempo antes del tiempo, pero hubo
uno que cambio el curso de mi existencia y del flujo de la vida para
siempre...