Acércate.

Recuerda que el problema con la locura es que ya no es vista como una virtud.


Bienvenidos

marzo 27, 2020

Sobre el amor...

Amor es cuidar al otro de nuestra propia capacidad de destruirlo.

A cierta edad, tenemos claro que la fortuna más grande que puede perseguirse, es la paz. También a cierta edad, entendemos que la paz no se persigue, sino que se encuentra. Con los años aprendes que las cosas son un 10% como son y un 90% como te las tomas.

Amar a una persona no implica someterte a sus preocupaciones, su manera de vivir, sus opiniones o sus decisiones. No importa si es pareja, amistad o familia. Donde no hay respeto a la libertad y la manera de ser del otro, no hay amor. Sin pequeñeces ni excesos. Porque a veces uno quiere cuidar con tanto amor su plantita nueva que la riega de más sin saber que así es como se pudren las raíces.

Quien ama deja libre, cuando no es correspondido. Amor no es abrumar, es apoyar, amor no es entender, es comprender. No confundamos procurar con hostigar, amor con posesión ni el extrañar con apego. Nadie ni nada nos pertenece, creamos vínculos afectivos con nuestros amigos, parejas y familia pero somos seres individuales. Eso no le resta amor, lo contrario. Basta de romantizar las relaciones.

En una relación, hablar de tus miedos e inseguridades es más íntimo que tener sexo. Se madura hasta tal punto que quieres algo real y no perfecto, dejando que todo fluya sin forzar nada. El amor perfecto no existe pero existen dos personas que se aman: complicidad, discusiones, disculpas, confianza, respeto. No responsabilizar de tu felicidad al otro. Libertad, el espacio mutuo. El échate para allá que tienes los pies fríos pero abrázame. Eso si existe.


marzo 25, 2020

Si te ha roto el alma pero te abrió los ojos quédate con esa victoria.
Hay personas que en situaciones de emergencia no sirven para nada, lo cual no les resta la poca o mucha gracia que nos pueden causar en la normalidad. Éste es un buen momento para que ubiquen y recuerden que hay personas que son entretenimiento y jamás solución. Es época de darte cuenta con quiénes si, con los que sólo será a veces, y con los que nunca más.

Hoy más que nunca hay que mantener muy vivo lo que vale la pena vivir, lo que deseamos concretar, lo que nos alimenta y nos recuerda la importancia de levantarnos y seguir de pie ante lo que venga. Bueno o malo, siempre de pie. 

Que el virus sea el pretexto para guardarnos y mirar de nuestro pecho hacia adentro, cerrar nuestras ventanas y aprender a guardar silencio. Todos, como escribió Sabines, necesitamos tiempo, abstinencia y soledad. Necesitamos cicatrizar y la distancia es una buena maestra.  Lo bueno de aprender a estar en soledad es que te prepara para todo. Cuando te sientes bien contigo, no importa lo que pase, nada será tan grave. 

Y es que a ver si este encierro nos obliga a salir de nosotros mismos. Vaya ironía.

marzo 19, 2020

Me encontré y descubrí quien era, a raíz de eso, soy lo que ves ahora. Esto me formó y moldeó, esto... ¿lo sientes?   

Sube el volumen, deja que te llene.  

Una nota, un ritmo lento o impaciente, adrenalina bombeante, pasión, fuego dentro del fuego, un grito desgarrado o un tono sosegado, soy lo no previsto, lo cambiante, lo que sube en un momento y se desborda, lo que al momento siguiente queda derramado, soy lo eléctrico o un suspiro contenido, el momento extático en el que crees alcanzarme sin lograrlo porque en ese instante me acabo.  

La locura, lo violento, la caricia que presiona, lo que hace vibrar, el movimiento continuo, inestable, un espasmo involuntario, la fuerza o la debilidad, un ruego o una orden, pero siempre algo profundo, soy intensidad variante, inconstante.  

Soy el latido acelerado, la explosión de grises, lo rebelde y desesperado. Lo vivido, lo palpable o lo invisible, algo que se encuentra que puede desaparecer pero siempre dejará una huella marcada, algo que puede descubrirte en tus instintos más bajos, que pase el tiempo que pase podrá ser capaz de calar en ti y hacerte resurgir como si fuera la primera vez, si es que en esa lo consigo.   

Puedo serlo todo, o no ser nada.  

¿Tú que oyes? ¿Lo sientes? ¿Te vibra? ¿Te enloquece? ¿Te posee?   

Si la respuesta es un no, sería absurdo que siguiera, no vas a poder entenderlo.  

Si es un sí, ¿qué más puedo decirte?