Acércate.

Recuerda que el problema con la locura es que ya no es vista como una virtud.


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septiembre 18, 2017

Quiebre y conmoción


Soy el presupuesto de un alma en quiebra, el salir de viaje hacia no sé donde, en definitiva un cero a la izquierda.
                                                                                                        Anónimo

Sentir el punto de quiebre, donde ya no hay retorno.  El límite que marca lo que nunca se podrá llegar a ser, a vivir, a sentir. El camino transitado lo impide, las limitaciones propias y las del tiempo que en pasado todo era posible, lo transforma en su contrario, llevándonos a un anhelo de vida que rodeado de penumbras de lo vivido lo transmuta en una abstracción y ficción que solo es posible en el inconsciente.

La llama encendida de una vela que se derrite como las horas transcurridas que merma la vida, detiene el latido y el torrente de energía que corrían por incendiarios pensamientos.
Se besan las noches pasadas, se abraza la almohada que entierra los más terribles pensamientos, lujuriosos deseos y tiernos sueños. Lo poco que queda se escurre en un desvelo, la razón se impone al conocimiento, ahora se sabe que todo aquello que se creyó que nunca pasaría también pasa, nada perdona el olvido que llega con el tiempo ni el presente que te lo restriega en la cara.

El transcurrir ha sido violento, los deseos se estancaron y la pregunta que fustiga ¿cómo se llega a donde nunca se pensó si quiera en llegar? nada parecido a nuestros deseos.

Se siente, se sabe, se vive, el cuerpo lo recuerda en señales irreversibles a imparables, el querer desterrar las huellas del tiempo que van tatuadas en la piel nos lleva a escondernos en una mentira, piadosa, humillante e indigna, la mentira de una juventud perenne y que ya está perdida. Nada detiene el cansancio ni borra el dolor tallado en el alma que deja las cosas vividas. No hay retorno, sólo un espejismo fragmentado del tiempo que nos queda para la partida. ¿Únicamente queda esto?

Muchos años creímos que era correcto y normal pero ha llegado ese momento en el que el famoso tren de la vida se ha parado y entonces podemos darnos cuenta que si dejamos que se vaya, que pase para nunca regresar seguiremos siendo sobrevivientes, es que en realidad lo único correcto es buscar nuestra propia aceptación, nuestra vida la hemos armado sobre las expectativas de los demás ¿y cuando has pensado en ti?

Crearemos nuestro propio proyecto, a sabiendas de nuestras limitaciones y miedos. Siendo conscientes de que habrá días en que la ansiedad tendrá días victoriosos, pero aunque suene a libro de superación personal creeremos y confiaremos en que el amor y los actos que hagan estremecer el corazón, aquellos que conmuevan serán lo único que nos podrá salvar.

Solo el arte puede conmover a los humanos y despertarlos a la verdadera vida.
                                                                                                                Mikhael Aivanhov

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