Acércate.

Recuerda que el problema con la locura es que ya no es vista como una virtud.


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abril 11, 2015

Las heridas del sistema



¿Cuánto daño nos ha hecho el sistema? Nos dividen, nos segregan, nos separan y hacen que nos odiemos entre nosotros. No basta con controlarnos mentalmente, con crear programas mentales e implantarnos ideas y una realidad artificial para someternos. ¡No!
Tuvieron que desintegrarnos como especia, como raza. Nos abandonaron a nuestra suerte y eso duele.



Duele porque veo a la sociedad y a cada individuo luchando por sobrevivir y complacerse así mismos y al sistema. Gastan su dinero en apariencias, en alimentos, libros y arte. Todo lo que conocemos nos afecta, nos daña y nosotros seguimos sufriendo. No lo notan, no lo ven. Se desplazan de un lado a otro por necesidad, con la finalidad de conseguir un poco de dinero y comer, pero ese no es el verdadero problema.  Lo verdaderamente malo son las heridas que tenemos en la conciencia, en el alma, esa que no reconocemos.

¿Porqué seguimos creyendo que quien estudia y lee se considera una mejor persona?

¿Porqué creemos que las edades importan en una relación de pareja?

La igualdad de géneros NUNCA ha existido. Las mujeres siguen siendo tratadas como flores delicadas y humilladas a la vez. Ni son tan buenas ni son tan malas. La sociedad ha hecho de la mujer una víctima y una inútil. La ha dejado sin independencia. Le ha robado todos sus sueños porque la limita, le señala lo que debe y no debe hacer. Incluso las campañas que dicen protegerla la dañan más. Ofreciéndole una vida perfecta y de sueño por el simple hecho de ser mujer. ¿Y los hombres? Ellos no tienen derecho a ser felices, a ser conquistados, enamorados, a ser perdonados.

Cuánto daño ha hecho el sistema para que pensemos que es necesario un control y orden para sobrevivir. Ellos mismos son los que han hecho este sistema decadente y han formado sus reglas. Es su juego no nuestro. Nadie lo nota, lo ve, todos siguen lo que creen ellos que los hacen felices en superficialidad. Nadie es verdaderamente libre.

Ni yo en este texto, porque necesito que me lean, que despierten, dependo completamente de mi luz. De mi verdad a medias, de mi mentira sobrevalorada.

Cada individuo debe de tomar el lugar que le corresponde, así como lo hacen los animales.
El instinto, la conciencia, el Ser que somos y la Fuente es la que nos guía y dicta a donde tenemos que ir, estar.

A lo que voy es que una vez nadie se cuestiona, nadie se pregunta porque hago, porque pienso, porque digo esto u lo otro. ¿Quién demonios está jugando conmigo?

Empieza la desdicha, la desgracia de no poder ser nosotros mismos

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