Me dejo llevar al abismo de tus sombras,
le rezo a la curia vanidad de tu esencia.
Atea que cree en los milagros de la carne,
agnóstica que conoce a dios en cada beso.
Rezo, rezo, rezo.
Soy pecadora, confieso,
blasfemias de tu cuerpo
me condenan al calor de tus infiernos.
Oleadas sofocantes, sudor rusiente…
Condenada estoy,
mas siento haber tocado el cielo.
Y rezo, rezo, rezo…