Acércate.

Recuerda que el problema con la locura es que ya no es vista como una virtud.


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marzo 07, 2016

Pérdida o Fracaso, ya me da igual

No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos qué forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo.
E.M Cioran 


Siempre he tenido la sospecha de que este en este mundo existimos personas cuyo máximo propósito en la vida es servir de ejemplo a otras en que sus vidas no pueden ser tan miserables como las nuestras. Somos esos seres llenos de buenas intenciones pero atascados de fracasos y mala suerte, somos los que siempre perdemos algo importante de manera continua, somos los desdichados, los absurdos, a los que les llueve sobre mojado, los payasos, los que desean con todas sus fuerzas hacer un cambio significativo en el mundo pero tan solo terminamos estrellados de frente con la tragedia.

Lo que siempre fue una sospecha creo que cada vez se va transformando en una certeza, la cual llegó a mi mente en tan solo menos de un mes. Tengo que desahogarme, tengo que escribir mi mala suerte o podría volverme loca, quiero expresar mis deseos no cumplidos, mi frustración y mi dolor -digno o indigno, no sé- para que tu, amable lector puedas comprobar que, si me conoces logres entender un poquito más mi forma de ser y si no me conoces sepas que tu vida no es tan mala como crees o te des cuenta que has perdido tu tiempo leyendo a una exagerada deprimida -aunque podría apostar que no lo soy-.

Mi vida desde que tengo memoria fue desgracia tras desgracia. No me pondré a enumerar cada uno de los malos ratos que he pasado en lapsos cortos desde que era una niña, así que empezaré por este principio de año. Enero fue un buen mes, de verdad que no puedo quejarme de el, un frío enero pero que me llenó de voluntad, seguí con algunas cosas pendientes como continuar mis trámites para titularme, quería dejar atrás los tragos amargos que la vida me había obligado a tomar, me llené de ilusiones en todos los aspectos importantes de mi vida pero entonces llegó febrero y me partió el corazón de una forma cruel, él se fue y por más que lo intenté no pude evitarlo así que empaqué y terminé yéndome primero, ¿porqué demonios tuvo que ser precisamente ese mes? Ni idea, los siguientes días fueron muy dolorosos, afortunadamente unos libros y dos amigos me ayudaron con la carga, estaba sola en el mundo palpable pero no lo estaba en el virtual -un poco tonto pero cierto-. Total, la alegría y mi voluntad habían vuelto, debía seguir adelante pero a las personas como yo eso no nos puede durar y tenemos que dar el ejemplo a los afortunados, entonces llegó la cereza del pastel, una mañana de marzo rumbo al trabajo me robaron la cartera con todas mis identificaciones, mi tarjeta de débito a la cual le vaciaron todo lo que tenía ahorrado, una usb, su foto y el boleto de cine cuando salimos la primera vez...

Las personas como yo también tenemos una parte cómica, somos torpes ya que no me di cuenta del robo hasta en la noche obviamente ya se habían gastado todo mi dinero -una cantidad de cinco cifras-. Soy terriblemente patética y desafortunada.

Confieso que lo del dinero todavía me duele bien horrible, ya había hecho planes para él y la verdad dudo que el banco me reembolse algo, sin embargo me pesa mucho más no tener esos dos recuerdos suyos conmigo, me parte el corazón.

Ya me voy acostumbrando a pasar cosas de este tipo, a las pérdidas y fracasos, a la soledad y la mala suerte y con todo esto que sé es inevitable en mi vida no quiero darme por vencida aunque la depresión se apodere a veces de mi, de todas formas quiero ser feliz y encontrar tranquilidad.

Se que hay personas que me dirán que otros la pasan peor, que todos tienen malas experiencias, que siempre "habrá uno más jodido que tu". Y entonces respondo, es cierto pero muchas de esas personas les ha tocado nacer en un ambiente terrible del cual es difícil salir. Solo quiero que entiendas que hablo por todos los de mi tipo que no tenemos grandes cosas pero tampoco pasamos hambre, los que tenemos la oportunidad pero no tenemos talento ni habilidades, los desafortunados y mediocres. Como sea, al final cada quien sabe de su propio dolor y su propia lucha, mientras tanto seguiré preguntándome, ¿realmente merezco tanta desdicha en mi vida?

Está cabrón, maldito mundo cabrón.

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