Trataba de alcanzar cualquier cosa con mis manos y lo que
encontraba no me agradaba al tacto, me daba miedo, asco, era como tener un
pedazo de carne en putrefacción en mis manos... y de repente ya no quería que
hubiera luz, no quería que la puerta abriera, no quería que la luz tocara ese
lugar, tenía miedo y nadie me escuchaba, mis suplicas no pedían que me sacaran,
pedían que no abrieran la puerta, no quería ver lo que me rodeaba...
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