La verdad es la única sustancia que no se puede esconder,
transformar, no es compatible con ningún elemento. No se debe mezclar. Esta
echa de un material indestructible, casi no terrestre.
La verdad tiene sólo posee una cara, ya lo demás son excusas para intentar disfrazarla. Conocerla nos puede traer grandes beneficios así como desgracias
pero siempre llevará a la paz.
La verdad tiene ese sabor a tranquilidad que nunca cambia, es
eterno. Una vez conocida lo demás es poca cosa. Vale demasiado en todos los
casos. Si pudiera canjearse en el banco, tal vez en México no padeceríamos
hambre.
Es sencilla y tiene vida. La verdad da la capacidad
de poder ser libre, escapar, saborear sabiduría aunque no sea académica. Automáticamente nos apodera el valor. Conocer la verdad en
cualquier circunstancia puede ser la cura para las enfermedades anímicas y del amor.
Esta verdad no consiste en decirla, si no en encontrarla, en
cualquier parte esta, es sólo cuestión de buscar y saber encontrarla porque uno se
puede confundir.
La verdad siempre estará ahí para todo aquel que quiera
encontrar un poco de paz mental.