Acércate.

Recuerda que el problema con la locura es que ya no es vista como una virtud.


Bienvenidos

marzo 31, 2012

Quédate.


Pero estuviste aquí. Irte no sirve de nada. Estuviste y habrá quién siempre te recuerde. Irte no sirve de nada. Mejor quédate.


marzo 15, 2012

El acero en el fuego.

Las almas se completan unas con otras, se buscan como se busca a un hijo perdido o se rastrean como si alguna vez hubieran estado juntas y algo, quién sabe cómo, las hubiera separado.
Me gusta pensar que las almas al principio de los tiempos estuvieron unidas, que estaban juntas en una unión exacta y armoniosa, que fueron designadas por pares que funcionaran perfectamente una al lado de otra, después imagino que les fueron asignados cuerpos y la confusión las hizo perderse entre muchas otras, pero en sus recuerdos eternos, milenarios, siempre están a la espera de su alma par, en una persistente búsqueda del complemento, en una constante lucha por encontrarse. Entonces cuando creen que están cerca visitan a la otra por las noches, se meten a su cama y a sus sueños, protegen a los cuerpos del frío aire, se besan en la frente como niños, se escurren por las pieles como agua y se guían como se guía a un ciego.
Creo firmemente en que las almas reconocen su cauce como si fueran ríos que están ahí desde la formación del planeta y que entonces saben su rumbo a la perfección y saben el camino de memoria. Creo también que tienen un destino y que las cosas que han de suceder entre ellas nada puede evitarlas y que las cosas que no han pasar, tampoco habrá nada que las provoque.
Y creo con toda mi fuerza que las almas no se equivocan, que se recuerda y que siguen su trayectoria hasta el lugar indicado, hasta el momento correcto. Luego colapsan en espacio y tiempo definidos y se funden como el acero en el fuego.
Tu alma me recuerda de milenios y entra cada noche en mi ventana. Mi alma te recuerda eternamente y entra en tus días por la mañana.
Ser el fuego de tu alma, tú, el acero de la mía, seguir la trayectoria de tu alma con mi alma en cada uno de mis días, estar en el momento del choque, la colisión de galaxias infinitas.