Acércate.

Recuerda que el problema con la locura es que ya no es vista como una virtud.


Bienvenidos

enero 05, 2012

La lista

Tenía ganas de escribir, aunque no estaba muy segura sobre que. De repente me acordé de una historia. Un historia que no sé en que día comenzó. La historia estaba llena de neblina, por lo tanto no se distinguía muy bien, a pesar de todo ello seguía con la necesidad de escribir. Tomé mucha voluntad y valentía que sé que no podrían lastimarme ni cortarme la respiración. Por último, tomé el amor que aún no encuentra su final.


Era extraño. Era una lista. No pensé en acabar escribiendo algo como esto. Esto que muestro a continuación. Esto que no sé en que momento construí:
  • Diré las cosas que no quieras escuchar.
  • Te necesitaré cuando menos me lo espere.
  • Aprenderemos junt@s.
  • Hablaré contigo por horas. Hasta que mi voz te canse.
  • El 21 de cada mes te sorprenderé.
  • Prepararé el desayuno y tú harás la cena.
  • Jamás te cocinaré pescado.
  • Besaré tu frente con dulzura.
  • Tomarás mi mano de la forma más tierna.
  • Jugaremos videojuegos y la/el que pierda tendrá que ceder a los caprichos.
  • Sacaremos a pasear a nuestro perro.
  • Dormiremos con la puerta abierta por si algun@ decide renunciar.
  • Deberemos estar list@s para alcanzar a quien decida comenzar los pasos hacia la salida.
  • Nuestros cuerpos  se entenderán y sabrán cuando el otro se encuentre en la luz o en la oscuridad. 
  • Te amaré. Me amarás.
  • Todo esto junt@s. No un@ sol@.

Era todo eso lo que quería hacer para cuando comenzáramos a vivir junt@s. Lo que haríamos en nuestra casa. Nuestra vida.



Sin duda supe que mi historia estaba fuera de tiempo por más deseada que fuera. Saltaba de un lado a otro en mi corazón, no tuvo paciencia ni permanencia. Mil veces he pensado en dejar una hoja bajo tu puerta.



"Perdona la hora. Perdona mi tardanza. Te dejo la historia que no pudimos vivir".

enero 03, 2012

Más que nunca

Ayer te odié más que nunca
porque dejaste caer una cuerda rota
para sacarme del abismo.


No alcanzó. Volví a hundirme.


Ayer te odié más que nunca
por el viento que me trajo tu mentira 
que sin ser enorme reabrió la cicatriz dormida.


Sangré una vez más.


Ni como luchar ante la palabra
que sin ser espada apuñala.
Todo fue un espasmo. Un todavía.
Y yo ahí, sin olvidar.


Aún guardo en la memoria el sonido de tus pasos.
Y entonces, te odié más que nunca.


Vienes hacía mi como la lluvia, 
una tormenta en mis sueños.


Dejaste que viera un jardín entre las ruinas
para después dejarme sola con los miedos.
Me dejaste el horizonte, aquél que no puedo alcanzar.


Y hoy, a pesar de todo,
el paisaje que eres me hace amarte más que nunca.